Para numerosas personas tratar de modificar el peso de su cuerpo ó la apariencia del mismo para ajustarse a las características impuestas por los medios de comunicación masivos y la sociedad, es una de las motivaciones principales por las cuales se ejercitan.
Tratar de alcanzar un peso “ideal” a toda costa, puede ser contraproducente cuando se utilizan como referencias clasificaciones que no toman en cuenta la composición corporal ni las diferencias individuales.
La manipulación de la ingesta de alimentos, la cantidad y manera en la cual se hace ejercicio y la hidratación; puede ocasionar disminuciones en el rendimiento si eres deportista ó peor aún, perjudicar la salud si no se hacen siguiendo criterios científicos.
Pero….. ¿Qué es el Peso Ideal?
Es aquel que le permite a la persona tener un adecuado estado de salud, sentirse mejor y tener la máxima esperanza y calidad de vida.
El peso ideal de cada persona está marcado por su constitución corporal, su edad y sexo. Incluso, existe una fórmula para corroborar que se está saludable o existen indicios de sobrepeso, obesidad, o en caso contrario, de delgadez extrema.
Sin embargo, hay que aclarar que el estado nutricional depende de varios factores no solo del peso, y este último también depende del peso en masa ósea (hueso), masa muscular, masa magra (grasa) y del peso en agua.
¿Qué es la Composición Corporal?
La composición corporal recoge el estudio del cuerpo humano mediante medidas y evaluaciones de su tamaño, forma, proporcionalidad, composición, maduración biológica y funciones corporales. Su finalidad es entender los procesos implicados en el crecimiento, la nutrición y el rendimiento deportivo (ganancia de masa muscular, ajuste de pérdida de grasa), o de la efectividad de la dieta en la pérdida proporcionada y saludable de grasa corporal y en la regulación de los líquidos corporales. En definitiva, se trata de obtener una valoración objetiva, con fundamento científico, de la morfología de las personas y las manifestaciones y necesidades que devienen de ella.
Diversos métodos se utilizan para valorar la composición corporal siendo los más conocidos la bioimpedancia y la antropometría. Valorar la situación nutricional real de una persona, y los resultados antropométricos determinan las necesidades energéticas y nutricionales, lo que llevan a pautar una correcta nutrición y el entrenamiento óptimo.